El día del sábado en Hortaleza transpiraba ambiente de rugby. La cueva de los dragones había sido escenario ese mismo día de los triunfos de sus distintas camadas y ahora le tocaba a los mayores hacer lo propio con el segundo equipo de Tasman Rugby Boadilla, nuevo inquilino esta temporada de la tercera regional madrileña tras su descenso el curso anterior.
El XV se presentaba ante su siempre animosa afición con algunas novedades con respecto al año anterior. Una renovada, pero no desconocida línea de tres cuartos; y su vieja guardia pretoriana en la delantera, la cual cuenta a partir de ahora con Alex Moreno, quien debutó en el rebaño de Pelusa con un ensayo y mucho trabajo. Sin duda, su mejor partido vistiendo la abisinia. Fue precisamente él, quien inauguró el marcador para los suyos tras cobrase un golpe de castigo a cinco metros de marca (5-0). La superioridad en las fases estáticas del juego y los primeros puntos espolearon a los dragones, quienes sufrieron al poco tiempo la primera baja de la temporada. Soto tuvo que abandonar el terreno de juego a los quince minutos por unos problemas en la clavícula que le mantendrán alejado de la disciplina del equipo al menos veinte días.
Si bien los del Hortal seguían atacando, aunque no acababan materializando sus ocasiones, -las controvertidas decisiones arbitrales a escasos metros de marca y su anárquica interpretación del reglamento tampoco ayudaron- pecaron de cierta ansiedad y ante la falta de dirección desde la línea de tres cuartos, tuvieron que ser los delanteros, con más nervio que cabeza, quienes lideraran las infructuosas acometidas de los dragones, las cuales acababan por perderse, entre otras cosas, por la ineficacia a la hora de limpiar los rucks.
Así, con un XV inoperante en ataque, pero sin pasar por apuros en sus dominios, llegaría en el ecuador de la primera mitad el primer golpe de los chicos de Boadilla, quienes hasta entonces no había pisado la 22 de Hortaleza salvo en una ocasión. Un golpe de castigo sacado en corto ponía en ventaja a los visitantes (5-7). El ritmo entonces decayó un poco, el juego se hizo más embarullado y cuando los primeros cuarenta minutos expiraban, la línea boadillense movió el oval hasta su segundo centro, quien pateó buscando ganar metros a la defensa local. Lo que vino a continuación fue un despropósito. Peluki se hace con la almendra en su zona de marca, su fallido contrapié parecía poder arreglarse cuando Pulga cogió el testigo. Sin embargo, bajo palos intentó con el mismo nulo éxito emular a su compañero. Ensayo regalado para Boadilla (5-14). Descanso.
La segunda parte empezó como la primera. Con los de Hortaleza disparados hacia la zona de marca rival. El capitán Abad reducía distancias al poco de iniciarse el juego después de aprovecharse de un golpe de castigo a cinco metros. Nuevo ensayo, pero también enésimo error en su transformación (10-14). No obstante, la exigua distancia duraría poco en el marcador. De nuevo, una peregrina patada de Boadilla, con la inestimable colaboración de la parsimoniosa presencia de Pulga, ponía a los visitantes a escasos metros del in goal. El zaguero del Hortal, en un intento desesperado por atrapar ese oval que botó frente a él y solucionar su segundo error en el encuentro, acabó por placar a un rival antes de que éste pudiera asegurar nada entre sus manos. Tarjeta amarilla y Boadilla de nuevo a cinco metros de marca por deméritos de los dragones. Aunque la infracción se repelió hasta en cuatro ocasiones, a continuación, una melé en contra por un avant fue el preámbulo de un nuevo ensayo de los visitantes, quienes esta vez no atinaron entre los tres palos (10-19).
La película se volvía a repetir. La sensación de déjà vu revoloteaba otra vez por el barrio de Hortaleza cuando a los cinco minutos un sorprendente Alexón aparecía cual exhalación, a diferencia de esos pausados y lacerante ruidos musicales que los demás padecemos cuando entramos en su coche, para posar el oval en la esquina izquierda de la zona de ensayo visitante y acercar así en su objetivo a los dragones, quienes de nuevo marraron con el pie la transformación de la marca (15-19). Con gran parte de la segunda mitad por jugar, el XV tomó las riendas del partido. Más aplicados y contundentes en el placaje, de nuevo fueron los delanteros quienes encabezaron las embestidas en busca una hora después de ese ensayo que les pusiera otra vez por delante en el marcador. En esas llegó, a falta de diez minutos para la conclusión, la típica cabalgada de Chef desde la 22 tras una asistencia de Abad supuso un nuevo, pero último, ensayo (22-19), y ahora sí, por primera vez, vino acompañada de los dos puntos extra de la transformación.
A diferencia del resto de ensayos, el definitivo anotado por Boadilla, a cinco minutos del final, no vino precedido de errores de Hortaleza, al menos tan exagerados como los anteriores, sino de su insistencia. Los dragones consiguieron repeler a cinco metros de su guarida varias de las acometidas, pero finalmente los visitantes tuvieron su premio y pusieron el definitivo 22-26 en el acta arbitral.
Los últimos compases del choque fueron de infarto. A tres minutos para el final, amarilla para uno de los jugadores visitantes por un placaje peligroso. Golpe de castigo, touch en la 22 y el XV forma un maul imposible de detener por los boadillenses, que retrocedían sin remedio. El ensayo de castigo era cuestión de segundos, los que tardó el árbitro en señalarlo y Mac en tomarse la justicia por su parte cuando uno de los jugadores de Boadilla cayó al césped entorpeciendo el avance. Tarjeta roja para el flanker y para la última esperanza de remontada.
Alineación: 1. Alexón, 2. Soto (17. Jampa, 14'), 3. Maño (16. Cuenca, 43'); 4. Josu (21. Andrés, 49'), 5. Chef; 6. Alex Moreno, 7. Urki (19. Kike, 38'), 8. Javi (18. Tamin, 67); 9. Pelusa (m.m), 10. Abad (ap.) (c); 11. Martin (20. Mac, 60'), 12. Simic (23. Wally, 75'), 13. Balbín, 14. Peluki; 15. Pulga (22. Chewaka, 60').
Resultado final: XV Hortaleza B 22(b)(b) - Tasman Rugby Boadilla 26(b).
Anotadores: Moreno, 5 puntos; Abad, 7; Alexón, 5; Chef, 5.
Fotografía: Jorge Bodelón. (Archivo).
El XV se presentaba ante su siempre animosa afición con algunas novedades con respecto al año anterior. Una renovada, pero no desconocida línea de tres cuartos; y su vieja guardia pretoriana en la delantera, la cual cuenta a partir de ahora con Alex Moreno, quien debutó en el rebaño de Pelusa con un ensayo y mucho trabajo. Sin duda, su mejor partido vistiendo la abisinia. Fue precisamente él, quien inauguró el marcador para los suyos tras cobrase un golpe de castigo a cinco metros de marca (5-0). La superioridad en las fases estáticas del juego y los primeros puntos espolearon a los dragones, quienes sufrieron al poco tiempo la primera baja de la temporada. Soto tuvo que abandonar el terreno de juego a los quince minutos por unos problemas en la clavícula que le mantendrán alejado de la disciplina del equipo al menos veinte días.
Si bien los del Hortal seguían atacando, aunque no acababan materializando sus ocasiones, -las controvertidas decisiones arbitrales a escasos metros de marca y su anárquica interpretación del reglamento tampoco ayudaron- pecaron de cierta ansiedad y ante la falta de dirección desde la línea de tres cuartos, tuvieron que ser los delanteros, con más nervio que cabeza, quienes lideraran las infructuosas acometidas de los dragones, las cuales acababan por perderse, entre otras cosas, por la ineficacia a la hora de limpiar los rucks.
Así, con un XV inoperante en ataque, pero sin pasar por apuros en sus dominios, llegaría en el ecuador de la primera mitad el primer golpe de los chicos de Boadilla, quienes hasta entonces no había pisado la 22 de Hortaleza salvo en una ocasión. Un golpe de castigo sacado en corto ponía en ventaja a los visitantes (5-7). El ritmo entonces decayó un poco, el juego se hizo más embarullado y cuando los primeros cuarenta minutos expiraban, la línea boadillense movió el oval hasta su segundo centro, quien pateó buscando ganar metros a la defensa local. Lo que vino a continuación fue un despropósito. Peluki se hace con la almendra en su zona de marca, su fallido contrapié parecía poder arreglarse cuando Pulga cogió el testigo. Sin embargo, bajo palos intentó con el mismo nulo éxito emular a su compañero. Ensayo regalado para Boadilla (5-14). Descanso.
La segunda parte empezó como la primera. Con los de Hortaleza disparados hacia la zona de marca rival. El capitán Abad reducía distancias al poco de iniciarse el juego después de aprovecharse de un golpe de castigo a cinco metros. Nuevo ensayo, pero también enésimo error en su transformación (10-14). No obstante, la exigua distancia duraría poco en el marcador. De nuevo, una peregrina patada de Boadilla, con la inestimable colaboración de la parsimoniosa presencia de Pulga, ponía a los visitantes a escasos metros del in goal. El zaguero del Hortal, en un intento desesperado por atrapar ese oval que botó frente a él y solucionar su segundo error en el encuentro, acabó por placar a un rival antes de que éste pudiera asegurar nada entre sus manos. Tarjeta amarilla y Boadilla de nuevo a cinco metros de marca por deméritos de los dragones. Aunque la infracción se repelió hasta en cuatro ocasiones, a continuación, una melé en contra por un avant fue el preámbulo de un nuevo ensayo de los visitantes, quienes esta vez no atinaron entre los tres palos (10-19).
La película se volvía a repetir. La sensación de déjà vu revoloteaba otra vez por el barrio de Hortaleza cuando a los cinco minutos un sorprendente Alexón aparecía cual exhalación, a diferencia de esos pausados y lacerante ruidos musicales que los demás padecemos cuando entramos en su coche, para posar el oval en la esquina izquierda de la zona de ensayo visitante y acercar así en su objetivo a los dragones, quienes de nuevo marraron con el pie la transformación de la marca (15-19). Con gran parte de la segunda mitad por jugar, el XV tomó las riendas del partido. Más aplicados y contundentes en el placaje, de nuevo fueron los delanteros quienes encabezaron las embestidas en busca una hora después de ese ensayo que les pusiera otra vez por delante en el marcador. En esas llegó, a falta de diez minutos para la conclusión, la típica cabalgada de Chef desde la 22 tras una asistencia de Abad supuso un nuevo, pero último, ensayo (22-19), y ahora sí, por primera vez, vino acompañada de los dos puntos extra de la transformación.
A diferencia del resto de ensayos, el definitivo anotado por Boadilla, a cinco minutos del final, no vino precedido de errores de Hortaleza, al menos tan exagerados como los anteriores, sino de su insistencia. Los dragones consiguieron repeler a cinco metros de su guarida varias de las acometidas, pero finalmente los visitantes tuvieron su premio y pusieron el definitivo 22-26 en el acta arbitral.
Los últimos compases del choque fueron de infarto. A tres minutos para el final, amarilla para uno de los jugadores visitantes por un placaje peligroso. Golpe de castigo, touch en la 22 y el XV forma un maul imposible de detener por los boadillenses, que retrocedían sin remedio. El ensayo de castigo era cuestión de segundos, los que tardó el árbitro en señalarlo y Mac en tomarse la justicia por su parte cuando uno de los jugadores de Boadilla cayó al césped entorpeciendo el avance. Tarjeta roja para el flanker y para la última esperanza de remontada.
Alineación: 1. Alexón, 2. Soto (17. Jampa, 14'), 3. Maño (16. Cuenca, 43'); 4. Josu (21. Andrés, 49'), 5. Chef; 6. Alex Moreno, 7. Urki (19. Kike, 38'), 8. Javi (18. Tamin, 67); 9. Pelusa (m.m), 10. Abad (ap.) (c); 11. Martin (20. Mac, 60'), 12. Simic (23. Wally, 75'), 13. Balbín, 14. Peluki; 15. Pulga (22. Chewaka, 60').
Resultado final: XV Hortaleza B 22(b)(b) - Tasman Rugby Boadilla 26(b).
Anotadores: Moreno, 5 puntos; Abad, 7; Alexón, 5; Chef, 5.
Fotografía: Jorge Bodelón. (Archivo).
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