El tipo puso definitivamente rumbo hacia rutas salvajes hace ya unos cuantos años, después de que un curso en Alaska destapara sus más intrínsecas predilecciones por morar más allá de la civilización, o al menos estar lo más cerca posible de la nada para poder perderse rápido en ella. Nicolás Fernández-Coppel (1993, Madrid) bajó por las Rocosas hasta que se topó con Calgary, en el suroeste de Canadá, para vivir su particular sueño americano, pero con seguridad social.