“Emancipate yourselves from mental slavery;
None but ourselves can free our minds”.
Corría el año 1980 y Robert Nesta Marley
Booker rompía con su forma de interpretar música para sacar una canción
muy íntima y en acústico, que se convertiría en un verdadero himno. La
canción se llamaría Redemptión Song. Se trataba de un tema compuesto a partir de un discurso pronunciado por el activista africano Marcus Garvey en 1937.
La letra habla de un tópico del panafricansimo, la emancipación
intelectual del individuo como única manera de que una persona o
colectivo pueda considerarse independiente y libre. Pero también es una
reflexión sobre el choque de culturas y sobre las relaciones de poder a
partir de los símbolos y la coacción.
El
equipo rastafari parece que tuvo su particular redención el pasado
sábado ante los Barbarians de Madrid. En el terreno metafórico, el
equipo inglés era para los jugadores etíopes aquellos old pirates
que les robaron la confianza y la identidad, y les hicieron esclavos de
esos 40 puntos que nadie esperaba en el partido de ida. Desde aquel
momento, Hortaleza, que se proponía como candidato para encabezar la
regional madrileña, se veía a la deriva en la competición, subido a ese merchan ship en donde Barbarians había hacinado al XV a base de tries.
Pero, emulando a Garvey, las palabras de Oti y Matías alentaron a los
jugadores del hortal para que compusieran su propia letra en el campo.
Así lo hicieron, si Marley solo necesitó de una guitarra para
representar este himno de liberación, el XV tan solo hizo uso del
'a..b..c' del rugby para construir un juego propio y conseguir liberarse
del yugo simbólico al que Barbarians le había sometido.
El
cielo se desangraba sobre Puerta de Hierro. En el aire se podía
respirar el ambiente de las grandes tardes de rugby. Ambos equipos se
jugaban como mínimo la tercera plaza, que puede convertirse en el ser o
no ser en la primera regional madrileña de cara al año que viene. El
peso del partido también se hacía notar en la grada que estuvo nutrida
por numerosos aficionados de ambos equipos. Todo estaba dispuesto para
la contienda, los equipos, el público, los nervios, las ganas e incluso
la primera señora arbitro de División de Honor.
En
los primeros minutos se pudo vislumbrar la importancia del encuentro.
Los instantes iniciales se caracterizaron por un intercambio de golpes
que buscaban más medir al rival que incidir de verdad en el resultado.
En los dos conjuntos se pudieron ver melés muy disputadas y jugadas a la
línea que buscaban usar al centro como pieza de artillería. En
cualquier caso, todo este despliegue de jugadas no servía sino para que
tanto Barbarians como Hortaleza se atrincheraran en la seguridad del
medio del campo. Esta dura batalla por el territorio empezaba a saldarse
bajas y en el primer cuarto del partido la señora tuvo que parar el
tiempo, para atender a los jugadores que yacían sobre el campo o para
conceder algún cambio de sangre.
Sin
embargo, poco a poco, el XV comenzó a ganar terreno encadenando hasta 4
y 5 fases en cada jugada. Los progresos de los rastafaris se
beneficiaban, además, de la falta de disciplina de los delanteros
anglosajones que cometieron una decena de golpes de castigo en los
primeros 20 minutos. La insistencia del equipo capitaneado por Kiko tuvo
su recompensa pasado el ecuador del primer tiempo, cuando Gonzo
consiguió el primer ensayo del partido por la razón del cabezazo y que
Pastelito se encargaría de convertir. Poco después, el
garboso zaguero del XV volvería a refrendar su acierto de cara a palos
con un golpe de castigo transformado. Contrariamente a lo que se puede
esperar del XV de Oti, los jugadores no se relajaron y continuaron
negándole la pelota a los albinegros, percutiendo contantemente su
defensa. Fruto de esa insistencia llegaría el primer ensayo de Villa,
fue después de un golpe de castigo que sacó rápido Hortaleza y que
sorprendió a los ingleses. Sólo estando de por medio nuestro querido
Villasante y sin faltarle al respeto a los amigos de Baa-Baas,
podemos decir aquello de que pillamos en bragas al rival. Con el ensayo
de este Chicho Terremoto en grande y cascarrabias, los dragones podían
respirar aliviados. Pero aun dio tiempo a un ensayo más, esta vez de
melé robada, por empuje y después de un pequeño titubeo reglamentario
que solventó Bodelón posando el balón en el in-goal, el niño malo de Hortaleza que cambió su pelo por el pigmento metálico de los tattoos.
La
segunda parte comenzó tal cual había acabado la primera, con un XV de
Hortaleza enchufadísimo y con un Madrid Barbarians que se mostraba
impotente ante la ausencia del balón. Pero nunca hay que minusvalorar al
rival, menos cuando cuenta entre sus filas con gente tan talentosa como
la que albergan los Baa-Baas. Bajo esta lógica llegaron los
primeros puntos de los ingleses. Éstos se aprovecharon de un error en el
ataque del XV para firmar uno de los ensayos individuales más bonitos
de lo que llevamos de competición. Una gran cabalgada del segundo centro
inglés que se sirvió de su destreza con el pie para concluir un try de
más de 80 metros de recorrido.
El
ensayo no recaló en la moral del equipo visitante que siguió acechando
la marca rival con insistencia. De este hostigamiento nacieron dos
ensayos a la mano del equipo de Oti. Al XV le salía todo y consiguió
posar el oval en dos ocasiones después de dos grandes aperturas en las
cuales la mayoría de los jugadores etíopes pudieron participar.
Especialmente interesante fue el que finalizó Magia, que consiguió
zafarse de dos rivales después de un buen contraataque y una veloz
carrera para meterse con todo dentro de la zona de marca. Con estos
ensayos el XV aseguraba su punto bonus ofensivo y podía pensar en las
importantes citas venideras, dando descanso a sus habituales y merecida
oportunidad a otros jugadores. Pero aún faltaban otros 3 puntos de
pastelito al banquete de Hortaleza y un merecidísimo ensayo de
Barbarians, que hicieron gala de un honor encomiable encerrando a los
dragones en su 22 y consiguiendo el postrero ensayo del partido.
Como
reza la canción que da entrada a este post, el XV Hortaleza consiguió
con esta victoria romper las cadenas que le atenazaban más allá del
cuarto puesto y henchirse de nuevo con la fuerza de su orgullo. Una
energía que se expande en todas las direcciones contagiando jugadores, aficionados, entrenadores, etc.
But my hand was made strong By the hand of the almighty
We forward in this generation triumphantly
Dejando
de lado toda la épica de esta crónica, no podemos sino reconocer la
gran hospitalidad, deportividad y juego limpio que lleva como bandera
Madrid Barbarians. Sin duda, esta actitud y sus integrantes son el mejor
capital que tienen y no es extraño que hayan ascendido tan pronto a la
primera liga de Madrid. Madrid Barbarians simboliza ese sincretismo
cultural que venció al sometimiento, a los imperialismos y que es lo
mejor que ha dado la globalización. Gracias a este mestizaje podemos
disfrutar de una misma pasión, el rugby, y de un discurso que es
defendido tanto por el balón oval como por la música que, al igual que
el Rugby, se proyectó al mundo desde las entrañas de Inglaterra, el
reggae. Este discurso es el de la paz, la tolerancia, la comunicación,
el respeto, la alegría, la superación, la positividad, las ganas de
vivir, la libertad, la lucha no violenta... So:
All I ever had is songs of freedom
Won't you help to sing these songs of freedom
Cause all I ever had redemption songs, redemption songs
RESULTADO FINAL:
Madrid Barbarians 10 - 37(b) XV de Hortaleza
ALINEACIÓN: 24. Pastelito, 14. Hobbit (21. Pulga), 13. Abad, 12. Pelut, 11. Magia, 10. Raúl (22. Peluki), 9. Bodelón (20. Peti), 1. Yankee (17. Patxi), 2. Soto, 3. Kiko, 4. Borja, 5. Marcos (18. Brasas), 6. Ewok (16. Alex), 7. Villa (19. Coppel), 8. Gonzalo
TAMBIÉN JUGARON: 16. Alex, 17. Patxi, 18. Brasas, 19. Coppel, 20. Peti, 21. Pulga, 22. Peluki
TEXTO: Señor Panderola y Bea Márquez
IMÁGENES: José Luís Hernández Sanz
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