lunes, 27 de enero de 2014

Los dragones se elevan hasta la segunda plaza tras ganar a Baa-Baas por 10 a 37

“Emancipate yourselves from mental slavery;
None but ourselves can free our minds”.
El XV no fueron quince jugadores, sino un equipo

Corría el año 1980 y Robert Nesta Marley Booker rompía con su forma de interpretar música para sacar una canción muy íntima y en acústico, que se convertiría en un verdadero himno. La canción se llamaría Redemptión Song. Se trataba de un tema compuesto a partir de un discurso pronunciado por  el activista africano Marcus Garvey en 1937. La letra habla de un tópico del panafricansimo, la emancipación intelectual del individuo como única manera de que una persona o colectivo pueda considerarse independiente y libre. Pero también es una reflexión sobre el choque de culturas y sobre las relaciones de poder a partir de los símbolos y la coacción.

El equipo rastafari parece que tuvo su particular redención el pasado sábado ante los Barbarians de Madrid. En el terreno metafórico, el equipo inglés era para los jugadores etíopes aquellos old pirates que les robaron la confianza y la identidad, y les hicieron esclavos de esos 40 puntos que nadie esperaba en el partido de ida. Desde aquel momento, Hortaleza, que se proponía como candidato para encabezar la regional madrileña, se veía a la deriva en la competición, subido a ese merchan ship en donde Barbarians había hacinado al XV a base de tries. Pero, emulando a Garvey, las palabras de Oti y Matías alentaron a los jugadores del hortal para que compusieran su propia letra en el campo. Así lo hicieron, si Marley solo necesitó de una guitarra para representar este himno de liberación, el XV tan solo hizo uso del 'a..b..c' del rugby para construir un juego propio y conseguir liberarse del yugo simbólico al que Barbarians le había sometido.

El cielo se desangraba sobre Puerta de Hierro. En el aire se podía respirar el ambiente de las grandes tardes de rugby. Ambos equipos se jugaban como mínimo la tercera plaza, que puede convertirse en el ser o no ser en la primera regional madrileña de cara al año que viene. El peso del partido también se hacía notar en la grada que estuvo nutrida por numerosos aficionados de ambos equipos. Todo estaba dispuesto para la contienda, los equipos, el público, los nervios, las ganas e incluso la primera señora arbitro de División de Honor.


El cielo sangraba
En los primeros minutos se pudo vislumbrar la importancia del encuentro. Los instantes iniciales se caracterizaron por un intercambio de golpes que buscaban más medir al rival que incidir de verdad en el resultado. En los dos conjuntos se pudieron ver melés muy disputadas y jugadas a la línea que buscaban usar al centro como pieza de artillería. En cualquier caso, todo este despliegue de jugadas no servía sino para que tanto Barbarians como Hortaleza se atrincheraran en la seguridad del medio del campo. Esta dura batalla por el territorio empezaba a saldarse bajas y en el primer cuarto del partido la señora tuvo que parar el tiempo, para atender a los jugadores que yacían sobre el campo o para conceder algún cambio de sangre.

Sin embargo, poco a poco, el XV comenzó a ganar terreno encadenando hasta 4 y 5 fases en cada jugada. Los progresos de los rastafaris se beneficiaban, además, de la falta de disciplina de los delanteros anglosajones que cometieron una decena de golpes de castigo en los primeros 20 minutos. La insistencia del equipo capitaneado por Kiko tuvo su recompensa pasado el ecuador del primer tiempo, cuando Gonzo consiguió el primer ensayo del partido por la razón del cabezazo y que Pastelito se encargaría de convertir. Poco después, el garboso zaguero del XV volvería a refrendar su acierto de cara a palos con un golpe de castigo transformado. Contrariamente a lo que se puede esperar del XV de Oti, los jugadores no se relajaron y continuaron negándole la pelota a los albinegros, percutiendo contantemente su defensa. Fruto de esa insistencia llegaría el primer ensayo de Villa, fue después de un golpe de castigo que sacó rápido Hortaleza y que sorprendió a los ingleses. Sólo estando de por medio nuestro querido Villasante y sin faltarle al respeto a los amigos de Baa-Baas, podemos decir aquello de que pillamos en bragas al rival. Con el ensayo de este Chicho Terremoto en grande y cascarrabias, los dragones podían respirar aliviados. Pero aun dio tiempo a un ensayo más, esta vez de melé robada, por empuje y después de un pequeño titubeo reglamentario que solventó Bodelón posando el balón en el in-goal, el niño malo de Hortaleza que cambió su pelo por el pigmento metálico de los tattoos.

Pastelito estuvo acertado de cara a los palos
La segunda parte comenzó tal cual había acabado la primera, con un XV de Hortaleza enchufadísimo y con un Madrid Barbarians que se mostraba impotente ante la ausencia del balón. Pero nunca hay que minusvalorar al rival, menos cuando cuenta entre sus filas con gente tan talentosa como la que albergan los Baa-Baas. Bajo esta lógica llegaron los primeros puntos de los ingleses. Éstos se aprovecharon de un error en el ataque del XV para firmar uno de los ensayos individuales más bonitos de lo que llevamos de competición. Una gran cabalgada del segundo centro inglés que se sirvió de su destreza con el pie para concluir un try de más de 80 metros de recorrido.

El ensayo no recaló en la moral del equipo visitante que siguió acechando la marca rival con insistencia. De este hostigamiento nacieron dos ensayos a la mano del equipo de Oti. Al XV le salía todo y consiguió posar el oval en dos ocasiones después de dos grandes aperturas en las cuales la mayoría de los jugadores etíopes pudieron participar. Especialmente interesante fue el que finalizó Magia, que consiguió zafarse de dos rivales después de un buen contraataque y una veloz carrera para meterse con todo dentro de la zona de marca. Con estos ensayos el XV aseguraba su punto bonus ofensivo y podía pensar en las importantes citas venideras, dando descanso a sus habituales y merecida oportunidad a otros jugadores. Pero aún faltaban otros 3 puntos de pastelito al banquete de Hortaleza y un merecidísimo ensayo de Barbarians, que hicieron gala de un honor encomiable encerrando a los dragones en su 22 y consiguiendo el postrero ensayo del partido.

El Pelut no sabe que hizo durante el partido pero salió con una sonrisa de gili en la cara
Como reza la canción que da entrada a este post, el XV Hortaleza consiguió con esta victoria romper las cadenas que le atenazaban más allá del cuarto puesto y henchirse de nuevo con la fuerza de su orgullo. Una energía que se expande en todas las direcciones contagiando jugadores, aficionados, entrenadores, etc.


But my hand was made strong By the hand of the almighty
We forward in this generation triumphantly
Dejando de lado toda la épica de esta crónica, no podemos sino reconocer la gran hospitalidad, deportividad y juego limpio que lleva como bandera Madrid Barbarians. Sin duda, esta actitud y sus integrantes son el mejor capital que tienen y no es extraño que hayan ascendido tan pronto a la primera liga de Madrid. Madrid Barbarians simboliza ese sincretismo cultural que venció al sometimiento, a los imperialismos y que es lo mejor que ha dado la globalización. Gracias a este mestizaje podemos disfrutar de una misma pasión, el rugby, y de un discurso que es defendido tanto por el balón oval como por la música que, al igual que el Rugby, se proyectó al mundo desde las entrañas de Inglaterra, el reggae. Este discurso es el de la paz, la tolerancia, la comunicación, el respeto, la alegría, la superación, la positividad, las ganas de vivir, la libertad, la lucha no violenta... So:
All I ever had is songs of freedom
Won't you help to sing these songs of freedom
Cause all I ever had redemption songs, redemption songs

RESULTADO FINAL:
Madrid Barbarians 10 - 37(b) XV de Hortaleza


ALINEACIÓN: 24. Pastelito, 14. Hobbit (21. Pulga), 13. Abad, 12. Pelut, 11. Magia, 10. Raúl (22. Peluki), 9. Bodelón (20. Peti), 1. Yankee (17. Patxi), 2. Soto, 3. Kiko, 4. Borja, 5. Marcos (18. Brasas), 6. Ewok (16. Alex), 7. Villa (19. Coppel), 8. Gonzalo

TAMBIÉN JUGARON: 16. Alex, 17. Patxi, 18. Brasas, 19. Coppel, 20. Peti, 21. Pulga, 22. Peluki

TEXTO: Señor Panderola y Bea Márquez
IMÁGENES: José Luís Hernández Sanz

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