Los dragones del segundo equipo del Hortal protagonizaron este fin de semana la mayor gesta hasta ahora vivida por cualquiera de las huestes etíopes de la vieja Abisinia. La escaramuza a través de los inexpugnables dominios de Torrejón, cuyos piratas han impartido hasta ahora justicia con mano firme, se saldó con victoria épica y agónica (15-17), en tanto que la incertidumbre del resultado final solo quedó resuelta momentos antes de que expirara cualquier posibilidad de escribir un texto como el que sigue.
“Los hechos relativos a estas apariciones,
consignados en los diferentes libros de a bordo, coincidían con bastante
exactitud en lo referente a la estructura del ser en cuestión, a la excepcional
velocidad de sus movimientos, a la sorprendente potencia de su locomoción y a
la particular vitalidad de que parecía dotado”.
‘Veinte mil leguas de viaje submarino’, Julio Verne (1828-1905).
Los del Hortal aterrizaban una semana más en la
improvisada sede que Torrejón tiene en Alcalá de Henares en busca del
único resultado que no convirtiera en mera anécdota un hipotético triunfo la semana próxima ante
Toledo en la cueva del dragón: la victoria. Por su parte, los piratas esperaban a las negras efigies aladas del noreste de la capital con el
sable entre los dientes y el tesoro de la categoría ya conquistado como telón
de fondo.
El primer acto estuvo marcado por las
arremetidas de Torrejón, cuyos jugadores rondaban con ahínco la zona de marca
de los dragones, relegados, éstos, a defender como podían las embestidas de los
piratas. Si bien la muralla negra no se resentía con cada golpe recibido, los
del XV sí iban perdiendo terreno con cada infracción que cometían, las cuales
se cobraban con destino a la touch a fin de ganar poco a poco unos metros que
se les resistían de otra forma a los locales. Así, llegaron los primeros
puntos. Saque de banda conquistado y cedido a los tres cuartos, que rápidamente
conectaron con uno de los alas para anotar el primer ensayo del partido, que
además fue transformado (7-0).
Los dragones entonces comenzaron a batir las alas para algo más que defender, y poco antes de la media
hora lograron por fin pisar la 22 de Torrejón. El XV pateó un golpe de castigo hacia una touch que les pondría a cinco de la zona de marca. La
torre fue derrumbada, pero acabó en un agrupamiento escorado del que
salió el oval, presto para que la línea de tres cuartos lo fuese moviendo hasta llegar a la otra esquina, en donde Martin lo acabó posando sin fruto, después de que el árbitro señalara que el último pase estaba adelantado.
Los locales siguieron a lo suyo y fruto de la
insistencia de su delantera llegaría minutos después su siguiente y último ensayo (12-0). La ventaja pudo
aumentar si en los estertores del primer tiempo los del Hortal no hubiesen bloqueado la que parecía se iba a convertir en una nueva marca para los piratas.
El segundo acto fue totalmente distinto. El XV se
lanzó al acecho del ensayo con descaro y no dejó en ningún momento reaccionar a
Torrejón, que se aplicaba en defensa como podía antes las insistentes
arremetidas de los dragones, que habían revitalizado su rebaño de delanteros
con más pulmón y algo más de peso. Aún así, los puntos no llegarían hasta los
compases finales, impredecibles y alborotados a la vista de lo sigue.
La aparición “consignada en el libro de abordo” del galeón pirata de Torrejón fue la de Plumas, quien durante todo el partido les fue dejando claro que era el jugador de la línea a tener más controlado. A pesar de haber dejado constancia de ello, los locales se despistaron cuando el reloj iba marcando los último minutos, momento que aprovechó el repeinado juvenil para ir dejando rivales atrás y conseguir posar la almendra bajo palos (12-5).
La aparición “consignada en el libro de abordo” del galeón pirata de Torrejón fue la de Plumas, quien durante todo el partido les fue dejando claro que era el jugador de la línea a tener más controlado. A pesar de haber dejado constancia de ello, los locales se despistaron cuando el reloj iba marcando los último minutos, momento que aprovechó el repeinado juvenil para ir dejando rivales atrás y conseguir posar la almendra bajo palos (12-5).
El hombre, sobre todo en épocas pasadas, tiene
cierta inclinación, ya sea por pereza o ignorante negligencia, a dejar caer su
raciocinio por las deslumbrantes pendientes de lo maravilloso. Se comprende,
entonces, la emoción producida por la sobrenatural aparición, imposible
renunciar a la tentación de remitirla al reino de las fábulas, de Chemari, hasta
entonces decorado arbitral en una de las bandas.
El inefable y enguantado talonador del XV tenía
reservado para sí un papel protagónico, de aquellos que consiguen arrancar la
ovación del patio de butacas después de asistir a una interpretación jamás
imaginada por un actor relegado a telefilmes de sobremesa. Una escapada suya,
que motivó los bramidos del resto de dragones llegados desde la cueva del
Hortal para asistir al choque, puso en bandeja el oval para que Fran ensayará y dejará propicio el empate, que Plumas se encargó de certificar chutando a palos (12-12).
La jugada siguiente trajo consigo tres puntos más en contra para el XV. Sin embargo, el golpe de castigo cobrado de manera certera por
el apertura torrejonero (15-12) no fue óbice para los de Abisinia, quienes de
nuevo encontraron en Plumas, y en su vivacidad, el arma más certera para penetrar una
última vez en las líneas enemigas (15-17).
Alineación:
1.Chencho (C) (17.Muñeco, 47’), 2.Pakirrín (16.Chemari, 63’), 3.Julián (18.Maño,
30’); 4.Borja (22.Tobías, 58’), 5.Daver (19.Isma, 78’); 6.Cutrapali, 7.Admin (20.Fran,
40’), 8.Coppel; 9.Juanmi (m.m.) (21.Dosser, 50’), 10.Pelusa (ap.), 11.Martin
(63.Chewaka, 21’), 12.Capriles, 13.Pepe, 14.Plumas; 15.Hobbit.
Resultado
final: Torrejón RC 15 - XV Hortaleza ‘B’ 17
Anotadores:
Fran, 5 puntos; Plumas, 12 ptos.
Fotografías: Itziar Pulido.
si no soltáis lo de enguantado explotáis... cabrones. Pero gracias por tan prolijos epítetos y calificativos.
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