¡¡¡Ding, dong, ding, dong!!!… Daban las 12.00 y el reloj de Puerta de Hierro
se desperezaba haciendo sonar sus campanas, como si quisiera quejarse de lo
temprano que era. Igual que en un toque
de diana, el cielo madrileño se abría al compás del mediodía y, en el claro que
dejaban las nubes, aparecían como animalillos del bosque los treinta jugadores
que iban a corretear sobre el elástico pasto del campo de rugby.
Toda la situación era una serendipia, los que allí se encontraban tenían
razones para pensar que esta situación era una historia vivida poco tiempo ha. Y
es que tan sólo una semana antes Arquitectura y el XV de Hortaleza habían
tenido la oportunidad de medirse con su equipo ‘C’ y ‘B’ respectivamente. Éste era un aliciente más para el partido. Era
la oportunidad de la escuela para redimir a su tercer equipo de la derrota que
sufrió ante el XV de Chencho. El capitán del ‘B’, haciendo honor a su apego
a la costa de la luz, celebraba el carnaval disfrazándose de merecido jugador
del ‘A’. También se respiraban aires carnavalescos en el equipo de arquitectura,
que contaba con la aquiescencia de alguna de sus viejas glorias del ‘C’, aquellas que aún tienen el remanente en el juego de haberse cabeceado en la
elite del rugby español.
Pronto empezó el baile de máscaras. El partido parecía que iba al ritmo de ese call and response tan típico delas brass bands de las cabalgatas de New Orleans. A un ensayo del XV (2’ Kiko, transformación de Pira) le seguía
uno de Arquitectura (4’, transformado). A una jugada de peligro de los dragones
le sucedía otra de la Escuela. Alternando el juego fuera y el juego dentro del
ruck, los de Oti consiguieron al cabo del tiempo volver a penetrar en la zona
de marca local (20’ Leo, transformación de Pira). Pero seguíamos en esa lógica
de la llamada y la respuesta, y a esta jugada la siguió la del segundo ensayo
de los blancos (33’, sin tranformar). En los diez últimos minutos de la primera
parte la sección de percusión de la banda de Hortaleza quiso demostrar con un par de
'solos' que sus improvisaciones pueden dar mucho ritmo al juego del equipo. Así
llego el try que puso por delante a los etíopes en el partido (36’ Kiko, sin
transformar).
En el segundo tiempo, la charanga rugbera continuó su parade tal y como
había transcurrido en el ecuador de la primera parte. Los aguerridos arquitectos
martillearon el muro de Hortaleza en su 22, pero el equipo rastafari supo
reponerse de esa presión avanzando juntitos como si de una marcha comandada por el big chief Kiko se tratara. Cuando
ya se cumplía un cuarto de hora de la segunda parte, la sección de vientos del
XV de Hortaleza decidió hacer su aparición. Igual que en el dicho aquel que se
refiere a los delanteros como "aquellos que ganan los partidos y a los ¾ quienes
deciden por cuanto", lo mismo ocurre con las brass
bands de New Orleans: si bien las percusiones ayudan a avanzar, son los
vientos los que dan color y ritmo a la marcha. Siguiendo esta analogía, la línea
de Hortaleza comenzó a hacer sonar sus trombones, trompetas, cornetas y clarinetes
para darle vida al partido. Así llegaron dos ensayos más (57’ Plumas, sin
transformar y 65’ Pelut, transformación de Pira).
A partir de este momento, los arquitectos tiraron de orgullo y, por la vía
del pick and go, le construyeron a los
dragones una mazmorra en su 22. Pero en un nuevo descuido de los de la escuela,
el XV supo aprovechar su visita al barrio blanco y salir de ahí con otros 5
puntos de botín (72’ Bodelón, sin transformar). Parece que el neurótico medio
melón, harto de tanta trompeta, quiso sacar sus temas electrónicos y con un par
de ‘chundas chundas’ del equipo consiguió posar el balón en zona de marca rival.
Esta fue la última vez que el XV piso campo contrario. A partir de entonces, el
equipo local consiguió despertar a Hortaleza de sus sueño carnavalesco y volvió
a tomar cautivo al dragón en sus cinco metros. Ya sin esa second line que tanta vida le da a los ataques del XV, a los de Oti
solo les quedaba defenderse con garras y colmillos en su propia marca. A fé que lo
consiguieron durante largo rato pero Arquitectura henchido de honra supo
persistir en el empeño y cerrar el partido con un merecidísimo último ensayo (80’,
sin tranformar).
RESULTADO FINAL: Arquitectura ‘B’ 17
– 36 (B) XV Hortaleza
ALINEACIÓN: 1. Alex (16. Yankee), 2. Paquirrín, 3. Kiko (17. Fer), 4. Daver (19. Chencho), 5. Marcos, 6. Parra (20. Ewok), 7. Villa, 8. Gonzo, 9. Bode, 10. Pira (23.
Peti), 11. Plumas, 12. Pelut, 13. Potter (21. Ñigo), 14. Leo, 24. Paste (22.
Fido)
TAMBIÉN JUGARON: 16. Yankee, 17. Fer, 18. Patxi, 19.
Chencho, 20. Ewok, 21. Ñigo, 22. Fido, 23. Peti
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