El XV salía a jugar con la melancolía de aquel que echa la vista atrás
después de un largo viaje. Como ese peregrino que intenta reconocerse en el
espejo después de un largo recorrido. Así, veía en sus pómulos hundidos la
fatiga acumulada de tanto camino. Las costillas se confundían en un xilófono de
madera en donde se ha escuchado el toque de diana tantas veces antes de cada
partido decisivo. También podía palpar las cicatrices de las derrotas ante
Ba-Baa’s, Olímpico, CRC… Y las canas le hacían recordar todos aquellos momentos
de agonía en los que estuvo a punto de abandonar el camino a pocos pasos del
final: Olímpico, CRC, Getafe… Pero cualquier peregrino sabe que “es más
importante el camino que la posada” y necesitaba salir a ganar a Veterinaria
para retomar una senda que todavía no sabe a dónde le va a llevar.
El día saludaba a ambos equipos con una agradable caricia echa sirimiri. Hacía un día perfecto para jugar a rugby. Uno de esos días plateados en los que la frescor te abraza pero no te incomoda e incluso en el que agradeces que el cielo escupa un suave chispeo durante el partido. Era el último partido de liga. Aunque la sensación parecía ser la de que la temporada había acabado en aquel veranillo adelantado en el que el XV perdió contra su némesis, el CRC. Pero no era verano, era marzo y el XV se seguía jugando la segunda plaza. Un subcampeonato que, tal y como están las cosas, puede suponer la oportunidad de jugar otra liguilla. Una recompensa a la temporada. Un bonus track muy animado que todos desean bailar. El ascenso estaba ahí, tan cerca como cerca estaba Olímpico de esa misma segunda plaza. En el lugar opuesto se encontraba Veterinaria. Pese a jugar contra Hortaleza, la guera de los verdinegros era contra Cisneros y Rugby Atleti. Contra ellos se jugaban esa antepenúltima plaza que les habitiliba a seguir luchando por mantenerse en primera. De esta manera, el partido era curiosamente un afortunado palíndromo de la primera regional de Madrid.
La distancia en la tabla no se tradujo, por lo menos de manera inmediata,
en un dominio de los hortalinos en el marcador. Si bien el primer ensayo llegó
relativamente pronto (6’ Raúl, transformación de Pastelito), Veterinaria
consiguió defender su marcador con mucha gallardía en el inicio del partido.
Los de Oti se empeñaron en hacer jugar a su tres cuartos. Era el partido
perfecto para que la línea de Hortaleza le demostrara a los matones del cole
que no sólo está en ellos la virtud de resolver un partido; que hay vida más
allá del maul; que la vía del cabezazo es solo una más; que el balón se sostiene en
el aire durante más de seis metros si se trata con garbo; que nadie te penaliza
por dar más de dos pases seguidos… En fin, con esas llegó el segundo ensayo en
una melé centrada. Con una de las jugadas preferidas de los extracomunitarios del
XV (25’ Pelut, transformación de Pastelito). Si los provincianos habían hecho
gala de su conexión, los juveniles no serían menos. A continuación, el payasito
Abad desoyó las indicaciones que se habían dado desde la banda y, con la
irreverencia de la edad, se jugó una patada cruzada perfecta para que Plumas pudieradar rienda suelta al flequillo y entrar con sobriedad en la marca rival (34’, transformación
de Paste). A este ensayo le siguió otro fruto de una preciosa jugada a la mano. El XV se
aprovechó del trabajo de los delanteros y de su superioridad fuera del paquete y encadenó una jugada spin mediante dejando sólo a Pastelito, que sumó los
últimos cinco puntos primera parte (40’) y con ellos el bonus ofensivo.
El segundo tiempo sirvió para dar oportunidad a jugadores que no son tan
habituales o que hacen de ascensor entre los dos equipos de Oti. En absoluto esto
supuso óbice para la deriva del partido. Porque, de hecho, la lluvia ya era
protagonista y el curso del partido iba a ser el que se arrastraba de la
primera parte: mucho juego a la mano. Sin embargo, los veterinarios parecieron
darse cuenta de la superioridad de los centros etíopes que en la primera parte
hendieron una y otra vez la línea rival, y se aplicaron en contener las
arremetidas del XV por el centro del campo. Pero como si se tratara de un barco
con mil fisuras, el empeño por tapar una fuga dejaba otra al descubierto. Así
llegó el primer ensayo de la segunda parte. Villa aprovechó un hueco confundiendo el banderín con lencería fina, estímulo que fue suficiente para trazar una
diagonal y colarse bajo palos (14’, transformación de Paste). El segundo no
tardó tampoco en caer, esta vez de la mano de Alfonso. El nuevo juvenil, que todavía busca
padrino entre los senior, se subió a la moto después de una apertura a la línea y, no sin antes griparla, se coló solo en zona de marca rival (17’, sin
transformar). El marcador siguió aumentando vía tres cuartos, ahora de mano de Raúl (28’,
transformación de Paste). El partido podía haber seguido con la misma dinámica,
pero los habituales de las actas no podían soportar ver como el resto del
equipo anotaba y ellos no. Así, nuestro querido 9 lagartija, ese que para
cambiar de piel en verano se hecha tinta de calamar sobre el cuerpo, intentó una
y otra vez sumar sus cinco puntitos. Para rabia de sus competidores en la tabla
de anotación y algún otro detractor con estilo de peinado opuesto, lo consiguió
a un minuto de la conclusión del partido (39’, transformación de Paste). Los
hay que nacen con una flor en el culo, éste además también tiene un masclet de
100.
Así llegó el final del encuentro y el final de la liga. Con esta victoria, el XV se aseguraba la segunda plaza y un tíquet overbooking para el ferry que le puede llevar a otras aguas más caudalosas. Por su parte, Veterinaria volverá a luchar el año que viene por jugar en la mejor liga de Madrid. A buen seguro que si saben combinar la experiencia de este año y esa resistencia que les hace mantenerse de pie bajo cualquier embestida, volverán muy pronto a primera regional. A los dragones sólo les queda esperar para saber su sino más cercano. Por el momento se centrarán en la copa, en dónde tienen un partido muy atractivo por delante: Soto. Éste no sólo es un equipo con el que los dragones se llevan muy bien, todavía se recuerda en Hortaleza el gran tercer tiempo que disfrutaron con sus jugadores el año pasado por estas fechas, sino que además hay una afrenta que resolver de la última visita del XV capitaneado por Chencho a la Cuenca Alta del Manzanares.
RESULTADO FINAL: Veterinaria 0 –
XV Hortaleza 52 (B)
ALINEACIÓN: 1. Maño (16. Muleco), 2. Patxi (17. Paquirrín),
3. Kiko, 4. Daver (18. Brasas), 5. Marcos, 6. Ewok (19. Parra), 7. Villa, 8. Gonzo, 9. Bodelón, 10. Abad, 11. Magia, 12. Pelut, 13. Raúl, 14. Plumas (20.
Alfonso), 24. Pastelito
REPORTE: Bea Marquez
FOTOGRAFÍAS: Jorge Bodelón Gil
"El día saludaba a ambos equipos con una agradable caricia echa sirimiri" será Hecha maldito analfabeto....
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