El Red Army del Hortal salió vivo tras su paso por Soto en un partido en el que a punto estuvo de tirar por tierra en quince minutos el buen trabajo realizado hasta el ecuador del segundo tiempo (15-17).
Visitaban los rojos Soto del Real, sin que por ello los lugareños tuvieran que esconder a sus hijas y atrancar las puertas y ventanas de sus domicilios. Las brumosas tierras del norte madrileño fueron antaño territorio hostil, cuna de derrotas dolorosas y lugar en el que no hace mucho se llegó a tocar fondo.
Sin embargo, la victoria allí la temporada pasada sirvió de punto de inflexión para un equipo que tras un dubitativo inicio, cerca estuvo de alcanzar la gloria a final de curso. Con ese fetiche llegó el sábado la nueva camada del XV.
El asunto se ponía interesante incluso antes de empezar el calentamiento. El XV llegó sin balones y a veces uno puede llegar a pensar que menos mal que no se les confía una maleta con camisetas, como a los del primer equipo.
Con todo -"calentamiento de mierda", incluido- el XV dominó la primera mitad ante unos locales que tampoco lograron inquietar en demasía, salvo los minutos iniciales donde arrancaron los tres primeros puntos del partido tras cobrarse un centrado golpe de castigo (3-0).
La impaciencia y los errores puntuales fueron quienes frenaron a los rojos de Hortaleza, superiores a su rival aquella tarde hasta más allá de la mitad de los segundos 80 minutos.
Antes, marcharon al descanso con una ventaja engañosa e insuficiente (3-12), pues los ensayos de Cheta y Copel se antojaron escasos teniendo en cuenta los intentos por irse al asueto con más puntos en el bolsillo.
El comienzo de la última parte del choque no varió el guión original escrito minutos antes. Un nuevo ensayo de Cheta después de que los tres cuartos movieran el oval a lo largo de toda la línea hacía creer que aquello que no se pudo conseguir antes se lograría ahora.
Nada más lejos. La última marca de los dragones dio paso a un dominio absoluto de Soto, que se despojaba de ataduras y comenzaba a confiar en otro sino para el partido.
Menos de media hora para irse al tercer tiempo y su primer centro rompía el precario muro que la línea del XV levantó ante una 'touch'. Los de la sierra se metían en un partido en el que no parecieron estar nunca (10-17).
Soto volvió a servirse de una touch para trazar la jugada de su último ensayo y poner los escamas prietas del susto a los dragones. El oval acabó en unos de sus alas, que escorado posó y apenas facilitó con ello una conversión que no se produjo (15-17).
Quedaban menos de cinco minutos y ya se cumplían veinte desde que Hortaleza tuvo el monopolio de la almendra. Soto tocó arrebato e intentaba a la desesperada remontar un partido al que se subieron demasiado tarde. El XV logró aguantar y llevarse un triunfo agónico con el cual, no obstante, no superaron a su rival en la clasificación, al concederle el bonus defensivo.
Al menos, el XV puede creer haber encontrado de nuevo en su choque contra Soto su particular fetiche de la temporada. Quizás, el sufrimiento final se convierta en la mejor combinación para que al final de la competición, las cuentas cuadren.
Texto: Raphael
Imágenes: Fernado 'Maño' Bernal
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