lunes, 16 de junio de 2014

La familia del XV celebra el día del club bajo la sombra de la corrupción en el concurso de tortillas




Un año más, los festejos del dragón reunieron en torno al campo de Hortaleza a la gran familia del XV, la cual, según nos cuentan, celebra ya el nacimiento de un nuevo miembro. 


La reunión, que contó con la numerosa participación de todos los estamentos del club, tuvo el aliciente único de haberse oficiado el mismo día que uno de sus dragones, José Luis Del Valle, ahora en Cisneros, se estrenaba con la Selección Española en las caucásicas tierras georgianas que antaño vieron nacer a uno de los faros del proletariado mundial.

Los más pequeños se lo pasaron en grande, y no como en esas infames pachangas navideñas auspiciadas por Sergio Ramos y compañía, compartiendo carreras, placajes y pases con sus ídolos del oval, como Kiko, Hu Ha Nan, Gonzalo, el ese día, enternecedor Ewok y Ocaña, serpenteando por última vez a las órdenes de Hortaleza, no sin antes ganarse de nuevo la enésima reprimenda de nuestro benemérito, al cual no le hacía ni pizca de gracia que el farandulero ala decidiera monopolizar todas las acciones del juego durante los partidillos con las categorías inferiores del club.

El que disfrutó como un enano fue Cuthrapali (nosotros lo escribimos así), más interesado en las madres y en las mujeres cuarentañeras (que no cuarentonas) allí reunidas que en las, por ejemplo, aguerridas y bellas dragonas del XV, que no quisieron faltar a la cita después de su aventura por el Central esa misma mañana en el seven internacional de Cisneros.

Pero no todo fue alegría, gaznates saciados, barrigas llenas y reparto de paraguas. El corresponsal de New Hortal Times, camuflado en labores de hostelería, fue testigo de una de las mayores tropelías jamás vista por nadie de esta joven redacción -más allá del negro episodio macarthista ya por todos conocido-, que tan puntualmente os narra los devenires de vuestro equipo de rugby favorito. El concurso de tortillas no fue tal



Se veía venir. El ejercicio de corrupción fue alevoso. La laxitud por parte de algunos miembros del jurado para con las prebendas era notorio. Los mensajes asegurando los votos a cambio de cerveza fueron constantes (recuerden que el corresponsal se desempeñó detrás de la barra), por lo que poco o nada valieron los esfuerzos realizados por aficionados y jugadores ese día en las cocinas de sus hogares. Ni la original propuesta de Pepe, ni la contundencia de Villa, ni la suculenta tortilla del Chef, como la del resto de participantes, unos veintidós, pudieron hacer nada frente al enchufe y el nepotismo.

"Haces un blog y lo cuelgas", nos dijeron un día. "Cásate y ponte de jurado en un concurso de tortillas en el que participe tu mujer", a buen seguro nos dirán. El asunto no sorprendió a nadie, sólo al encargado de entregar los premios, quien no vio nada sospechoso en el hecho de que su mujer se hiciera con el segundo premio; mientras que el primero iba a parar para la homóloga del jugador más televisivo del Hortal, el mismo que pedía cervezas a cambio de votos.

Pese a todo fue un gran día. Un ejercicio de corrupción no pudo empañar la jornada de este pasado domingo, pues la participación de padres, niños, jugadores, entrenadores, directivos, amigos y familiares fue multitudinaria. Todos ellos contribuyeron en la celebración de un evento que vuelve a demostrar el compromiso y unión que existen en todos los agentes que interactúan en esta gran familia que es el XV Hortaleza. Enhorabuena.




Por otro lado, queremos cerrar la nota con la buena nueva que nos llega acerca de nuestra khaleesi particular. La coronel Kurtz del Hortal, por la confianza que depositan en ella sus jugadores, ha traído al mundo a un nuevo dragón, Jorge. Nos alegramos mucho por ella y por su familia, al mismo tiempo que le mandamos desde la redacción un fuerte abrazo y damos la bienvenida al pequeño. ¡Felicidades, Oti!

Raphael

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