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Las melés, el lugar de la gente chévere |
Hubo un tiempo en el que una pintiparada y tímida aspirante a jugadora de rugby se animó a dar el paso tras un año indagando qué era ese "rarísimo deporte" que practicaban en un parque unas "chicas tan grandes". Aquella suerte de amazonas chismorrearon que no duraría ni cinco días, pero lo que tampoco sabían era que Yenifer Rodriguez Silvera (Venezuela, 1996) ya había tomado "una de las mejores decisiones" de su vida.
Su historia comienza en su ciudad natal Barquisimeto, en el noreste de Venezuela, "donde están los mejores atardeceres", y como viene sucediendo en los últimos años por esas tierras, tampoco sus inicios en esto del rugby fueron fáciles. "No teníamos un campo en condiciones para entrenar o jugar, no teníamos equipación para los entrenamientos, teníamos lo que se podía", recuerda.
"Solía pasear mucho y una vez en el parque vi a unas chicas super grandes jugando a un deporte que en un principio me parecía rarísimo. Me daba vergüenza preguntar si podía jugar, por eso de que eran más grandes que yo, así que me pasé un año yendo para allá, viéndolas entrenar y jugar y finalmente me decidí. Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida".
Yeni recuerda aquel año en el humilde Centurión Rugby Club, como "una muy buena experiencia", en donde aprendió "a golpes como superar todo". Adversidades que iban más allá de lo material, pues también hubo que superar no solo las reticencias de su familia a que se se desempeñara en un deporte "tan masculino", sino también a los comentarios más gañanes de una parte de la sociedad.
"El tabú, el machismo y todas esas movidas que ahí hay todavía" le impidieron progresar y disfrutar del todo, aunque se consuela sabiendo que aquello sirvió para que su hermana Yenier, quien juega también en el XV y ha sido internacional con Venezuela, tuviera la oportunidad de hacerlo. En el rugby, por suerte, "las personas siempre te apoyan para que seas tú mismo y cómo quieras ser".
La situación deportiva no es que fuera más halagüeña, pues por entonces, hace ya seis años, Venezuela no contaba con distintas divisiones dentro del senior femenino, "era una liga y se unían todos los clubes que podían viajar para jugar". En su caso, reconoce, "no éramos muy buenas, éramos muy nuevas y pocas", tanto que allí las chicas solo jugaban seven. Una tesitura que les era ajena a los chicos.
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Imagina cómo serían las del parque aquel |
"Los chicos sí que tenían más recursos y jugaban XV o seven, según la liga que tocara, hasta los chicos de las cárceles tenían partido una vez al año en el famoso campo de rugby Santa Teresa".
Los siguientes episodios tuvieron lugar más allá de Venezuela, "viajé a otros países para reunir dinero y marchar a Francia, donde siempre había soñado vivir". No obstante, aquel periplo, que admite surgió como parte de una "locura" por alcanzar sus anhelos de la infancia, terminó, por el momento, cuando "España me atrapó".
"Como no conocía nada ni a nadie, me dio por buscar un club de rugby y así poder sentirme cómoda. Estaba segura de que sería el mejor sitio para comenzar y conocer gente chévere".
En Internet, rememora, la oferta de clubes que se le presentaron con una simpe búsqueda fue tremenda. "Estaba flipando la verdad, nunca había visto tantos", así que tocó elegir y se decidió por Titanes "sin saber que eran sólo chicos".
"En Titanes todos fueron agradable y super tiernos conmigo, yo era la única chica, con 1,60 de altura y 48 kilos, rodeada de chicos gigantes. Fue mi mejor día en España".
En esas que Matías Menghini, el anterior presidente del XV Hortaleza, andaba por ahí y le dijo con guasa que "conocía un club" en el que podía jugar con las chicas. La llegada, en agosto de 2016 no pudo ser más alucinante. "¡¡¡Buah!!! Fue una pasada, quedé impactada porque nunca había visto a tantas chicas jugando al rugby y más XV y eran muy buenas y hacían cosas increíbles, yo sólo sabia placar y ellas hacían un montón de jugadas", cuenta en el momento atropellado de la conversación.
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Lo que unió el rugby, que no lo separe nadie. Felicidades Yeni y Laura 📷 lraphy_art |
Después de aquello, llegaron las primeras oportunidades en regional, para, al año siguiente, dar el salto a División de Honor, "Lo más emocionante fue estar con las mejores del equipo". Así estuvo durante tres años y medio, hasta que un trabajo estable, indispensable para regularizar su situación en España, no le permitió seguir jugando tanto como hubiese querido.
"Hace poco volví al XV porque no aguantaba más no estar con ellas y más sabiendo que mucha gente se fue al descender. No me parecía justo dejarlas cuando más necesitaban apoyo, ellas estuvieron para mí cuando lo necesité".
Esta temporada ha retomado aquellas sensaciones de antaño. "Subí unos kilitos de más pero fue empezar y mi cuerpo automáticamente retomó fuerzas", y aunque muchas compañeras eran nuevas y hubo muchos cambios, ha vuelto a disfrutar "un montón" del rugby, de aquello que hace seis años sin saber muy bien de qué se trataba se propuso abrazar a toda costa y pese a quien fuere.
Siempre con humildad, respeto y corazón... Pa lante con fuerza... Mi favorita y orgullo... Te love u jen... Mil éxitos y larga vida.. #superfa
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