XV Hortaleza

viernes, 21 de mayo de 2021

"Mi primer partido fue inolvidable. Inundé el campo de lágrimas de emoción"

Mara junto a Menchu y Raquel, fundadores de las khaleesi

Si no fuera por ellas, la prolífica cantera del XV no sería la envidia de medio país. Las madres, que a día de hoy siguen asumiendo un rol predominante en la crianza de los hijos, no contaba con presencia en los campos de Hortaleza, más allá de su animosa participación en las gradas y colaborando con el club en otros menesteres, así que cuando una de ellas se trajo la idea de formar equipo, Mara Carmona (1970, Madrid) se unió a las khaleesi.

No consta en los almanaques el resultado de aquel campeonato en Valladolid hace ya un lustro al que acudieron los niños del XV, pero sí ha trascendido lo que se trajo una de aquellas madres que les acompañó, Menchu, una de las ideólogas de este proyecto inédito en Madrid: poner a las madres a jugar al rugby. 

"Es una novedad total, de hecho a nivel nacional conocemos pocos equipos similares. Uno en el país Vasco y otro en Sevilla", cuenta Mara, madre de dos hijos, una muchacha que "no quiere oír hablar del rugby" y de un pequeño dragón que ha estado en el club desde sub12 hasta este año.  

Aunque poco o nada tengan que ver, la única representación parental con la que contaba el XV Hortaleza hasta hace unos años era esa suerte de acracia, que solo se representa a sí misma, formada por los añejos, por lo que la novedad de formar un equipo con las madres de los jugadores pronto se convirtió en una de las señas de referencia del club.

"Las mujeres en la actualidad no solo buscamos nuestro espacio en cualquier ámbito, también lo reclamamos".

Las que no arden. Rompedoras de cadenas. Madres de dragones

Tras un año de entrenamientos, teniendo las primeras tomas de contacto con un deporte que les era ajeno por completo y volviendo a engrasar unos músculos durante años dedicados a tareas más arduas que pasar un balón de rugby, el equipo comenzó a crecer, tanto en número de jugadoras, como en aspiraciones competitivas. 

Mara aceptó el reto, "una experiencia maravillosa", en la que estuvo acompañada por otras khaleesi que dieron ese paso adelante para formar un tercer equipo con el resto de jugadoras que por entonces copaban el femenino de Hortaleza. 

"Jugué la liga de promoción junto con algunas de mis compañeras khaleesis. Evidentemente es otro nivel, en todos los sentidos. He de confesar que con 50 años, jugar con universitarias fue todo un reto. Nuestro primer partido lo ganamos y fue inolvidable. Inundé el campo de lágrimas de emoción".

Esta corta experiencia fue realmente instructiva tanto para Mara como para el resto de madres que aquella temporada dieron el paso de probarse a sí mismas con gente con más rugby en las piernas. "Sin duda sumó muchísimo", aunque reconoce que no se sintió preparada. 

"Jamás lo estuve y creo que mis compañeras tampoco, pero ha sido un orgullo para las khaleesi que algunas de nosotras estuviéramos representando al grupo en el tercer equipo de Hortaleza y en esta liga de promoción."  

Al servicio del dragón tanto fuera como dentro del campo, lamenta que la situación de la pandemia y la falta de tiempo le haya impedido poner en práctica algunas de las ideas que tenía previstas para desarrollar un poco más este deporte entre las mujeres, cuando desde el club se le pidió dirigir una de las nuevas iniciativas de la Federación Española de Rugby en este sentido.

"Es una tarea que necesita mucha dedicación. Es necesario visibilizar los sectores con menor representación. No solo en cuestiones de género, también sociales o económicas, por ejemplo. Desde el rugby, como modelo de potenciación de los mejores valores, todo el apoyo que se pueda prestar a los más excluidos es bienvenido".

La dedicación de la que ha hablado Mara para poder llevar el rugby a los lugares más 'inaccesibles' es la que ha demostrado a lo largo de estos cuatro años este grupo de madres que un día decidieron revertir los roles y ofrecer un nuevo espacio a todas aquellas que buscan darle algo más de gracia a la semana. Que algunas llegaran a competir con jugadores más jóvenes y experimentadas es fruto de ese buen trabajo. Que siga así. 


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