XV Hortaleza

martes, 25 de noviembre de 2014

Hortaleza acecha los puestos de ascenso. Soto del Real RC 11 – XV Hortaleza ‘B’ 15




Tras avanzar en el pasado reciente con irregular trazo, el segundo equipo de Hortaleza parece haber encontrado la senda de la redención. Cinco partidos sin perder tras dos amargas derrotas sitúan por ahora al XV en el grupo de equipos que peleará por el ascenso. El último de ellos se saldó con una victoria en el Amancio Amaro de Soto del Real, donde hace apenas unos meses el equipo de la serranía madrileña destrozó a los dragones. Soto sigue siendo uno de los equipos más fuertes de la división, pero en esta ocasión Hortaleza plantó batalla y volvió a casa con la victoria (11-15).

La visita a Soto del Real, en pleno tránsito hacia posiciones en la clasificación más ajustadas al potencial del segundo equipo del club, suponía un reto de especial trascendencia para Hortaleza. Por un lado, Soto es un rival directo a las aspiraciones del XV, candidato al ascenso y que hasta esa jornada, además de ser segundo en la tabla, había sido el único capaz de comprometer la superioridad del líder de la Liga, Toledo. Por otro, la visita a la sierra la pasada temporada supuso el momento más duro en todo el año, la exposición más evidente de las debilidades del equipo y de los vicios, aparentemente desterrados, que lastraban su progresión.

Motivados por los antecedentes o únicamente por la trascendencia del encuentro, el XV del dragón morado no tardó en tomar las riendas del encuentro en busca de los primeros puntos, negados por la defensa local a pesar del buen despliegue de Hortaleza. Duros en el contacto y organizados cerca del encuentro, los de Luis comprobaron rápidamente que si podían desarbolar la defensa contraria sería en campo abierto.

Allí, la velocidad de una jovencísima línea de tres cuartos liderada por Pepe Abad debería decantar el partido para los intereses del barrio del Hortal. Sin disimular su intención de que los centros y alas gozaran de todo el protagonismo negado hasta entonces, el apertura juvenil relanzaba una y otra vez a sus compañeros en busca de situaciones propicias para el ensayo.

Sin embargo, el primer envite de Hortaleza no se tradujo en puntos, y tras salvar una situación comprometida en su zona de marca, los dragones de la bandera abisinia volvieron a la carga, gozando de un golpe centrado y potencialmente convertible en puntos. El pequeño de los Abad declinó intentar abrir el marcador al pie y confió a sus delanteros esa responsabilidad. Sus gordos no le fallaron y el clásico ‘trenecito’ negro a la salida de la ‘touch’ fue culminado por su número 8, Chef, quien, sospechando que el empuje no iba a bastar para conseguir la marca, abandonó al grupo en busca de puntos (0-5).

Para alborozo de la expedición hortalina desplazada hasta Soto, la ventaja de visitante se ampliaría minutos después al ejecutar la línea de tres cuartos de la franja abisinia un contragolpe de libro. Habilitado por los pases y movimientos de sus compañeros, Tobi convirtió en autopista su carril para lanzarse en carrera hacia el segundo ensayo del XV (0-10).

Quizás abrumado por el idílico inicio de partido, los de Luis abandonaron la pulcra actitud con la que habían salido al campo y cedieron terreno ante un rival que veía cómo el partido se encaminaba hacia derroteros comprometidos para sus intereses. Así, aprovecharon un doble descuido de la defensa hortalina, no replegada hasta los diez metros correspondientes tras cometer un golpe primero, y después poco contundente con el jugador que cargó hacia ellos, para abrir su anotación (5-10).

El descanso llegó con los abisinios por delante en el marcador, y tras la reanudación Soto redobló su apuesta, forzando los errores de un XV que sufría para contener las embestidas del rival. Hortaleza apenas generaba peligro en campo contrario desde el segundo ensayo, mientras que Soto amenazaba con castigar al pie cada golpe de castigo visitante. A poco más de diez minutos para el final, Hortaleza vio cómo su rival se ponía por delante por vez primera, a merced de un segundo golpe de castigo transformado (11-10). La distancia incluso pudo haber sido mayor si su pateador no hubiera marrado dos lanzamientos anteriores.

Cuando más negras se tornaban las expectativas para el XV, el equipo tocó a rebato para lanzar una carga definitiva que devolviera la iniciativa al conjunto de la capital. Una carrera de Chef que acabó transformado en un ‘maul’ directo al ensayo bajo palos fue desbaratado en última instancia por Soto, pero situó al equipo con una melé a cinco metros de marca. Peti, que había salido en sustitución de Pelusa, quiso jugar en el cerrado con su ala, pero Chef, poco amigo de las consignas, menos de aquellas relacionadas con jugadas que no van con él (y no digamos ya si además la nomenclatura ha caducado), improvisó su jugada. Desenvolverse en el caos, pero al más puro estilo salvaje universitario que dirían los puristas de Juego de Gordos. Salió del 8 y, tras recorrerse en paralelo la defensa de Soto, vio el hueco en el que colarse y posar el balón en la marca contraria (11-15).

Quedaban unos minutos. Cosas más raras se han visto y han sufrido los de Hortaleza.  Los dragones aguantaron el último embate de los locales, que al igual que las zancudas que anidan en los aledaños de su coqueto campo e ilustran sus camisetas, jugaron contra el inexorable equilibrio del tiempo. Éste, inflexible matón sin causa alguna más que la de avanzar eternamente, al final dictó sentencia y los macarrones con tomate del tercer tiempo supieron tan bien, o incluso más, que aquellos que muchos se tomaron al llegar a casa al despuntar el día tras la enésima noche de excesos posterior a un partido de rugby cualquiera.

Alineación: 1. Chencho (c), 2. Patxi, 3. Cuenca (17. Maño, 40'); 4. Egus, 5. Brasas (18. Sanro, 55'); 6. Juanan, 7. Martins, 8. Chef; 9. Pelusa (m.m) (23. Peti, 65'), 10. Pepe Abad (ap); 11. Richi (22. Carol, 40'), 12. Simic, 13. Joe, 14. Tobi (21. Dosser, 75'); 15. Sama.

Resultado final: Soto del Real Rugby Club 11 - XV Hortaleza 15.

Anotadores: Chef, 10 puntos; Tobi, 5 ptos.


Fotografía (de archivo): José Luis Hernández

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