XV Hortaleza

miércoles, 19 de febrero de 2014

La belleza de una derrota épica. Alcobendas 7-55(b) XV Hortaleza

El rugby es uno de esos deportes en que, a veces, los gestos son más importantes que el juego en sí. El pasillo del ganador al vencido, el ágape del local al visitante, el honor de seguir intentando un ensayo cuando ya es imposible ganar, no celebrar los puntos por deferencia al rival, etc. Todos son detalles que marcan la diferencia y que hacen que este juego sea algo más. Pero esto se va perdiendo poco a poco, ya sea por el camino hacia la profesionalización, la soberbia de los propios clubes o por el hooliganismo que a veces se demuestra en los campos. Por eso hay que poner de relieve y dar valor a lo que hicieron los héroes del segundo equipo de Alcobendas del pasado sábado. Ese club no se merece unos jugadores tan gallardos y abnegados como los que tiene.

A priori tenía que ser un gran derbi, un partido decisivo, un encuentro de los que apetece ver. Se juntaban todas las circunstancias para vivir uno de los grandes choques de la temporada. Es un derbi por la propia historia de los clubes, no hay que olvidar que el XV de Hortaleza deriva del Teka Alcobendas que tanta guerra dio hace años en División de Honor. Era un partido clave porque se disputaba la segunda plaza de la primera regional madrileña. Era un encuentro que podía deleitar a la grada, sabiendo de lo aguerridos que son sus jugadores y de las grandes tardes de rugby que estas escuadras han ofrecido en el último año en diversos torneos. Además, había designado para la ocasión al mejor cuerpo arbitral posible: el 'señor' más mediático de Madrid, y el linier más comprometido y destilado de toda regional. Pero parece que eso no es suficientemente importante para un club que se ha ahoga en las mieles de división de honor. Es una pena que un escudo con tanta historia y reconocimiento dentro y fuera de Madrid se comporte así con sus jugadores, que son los que de verdad le dan valor a su equipo y le hacen grande.




Aun así, allí los pudimos ver. Como los héroes de la batalla de Rocroi (1643) que aparecen en el lienzo del pintor de batallas Ferrer-Dalmau. Heridos, mermados por las bajas y sabiéndose abandonados por su patria, permanecieron erguidos blandiendo sus armas y encarados al rival. Igual que ocurrió en esta épica batalla de la Guerra de los Treinta Años, el Tercio de Naciones huyó para dejar solos a los cinco veteranos tercios españoles. Así, Alcobendas frunció el ceño, apretó los dientes y cerro su equipo para repeler de la mejor manera posible las cargas del equipo comandado por Kiko.

Y como en Rocroi, su compostura consiguió frenar el ánimo del rival . Hortaleza tuvo que acometer varias fases para que su ataque surtiera efecto. Hasta el minuto cinco los dragones no lograron abrir la formación de Alcobendas y conseguir su primer ensayo (5’ Villa, sin conversión). Después de esto, los alcobendenses consiguieron reagruparse y defender el resultado otros 10 minutos más. En la primera parte, las cargas del XV solo consiguieron llegar en tres ocasiones al zona de marca granate (15’ Villa, sin conversión; 21’ Villa, sin conversión; 26’ Villa, conversión de Pastelito). El festín de ensayos de la gran promesa del Kin Ball en España no fue fruto de una especial inspiración, sino que se explica por esa diferencia que hay entre ser alabardero o ser caballería ligera: los alabarderos desgastan al contrario de frente y la caballería ligera acomete al rival por los flancos y, a veces, en su huida.

La segunda parte fue otra batalla. Hortaleza refrescaba su equipo con cambios mientras Alcobendas no sólo no podía hacerlo sino que sufría bajas en la batalla. Pronto llegó pues el primer ensayo de la segunda parte (43’ Leo, conversión de Paste). Cuentan los cronistas que a la quinta carga del ejercito del duque de Enghien contra los tercios de Villanueva, los españoles ya no pudieron repelerlos porque carecían de artillería. Alcobendas tampoco tenía proyectiles en su línea, porque apenas era defendida por cuatro jugadores. Así llego el ensayo de Potter (65’, sin conversión), que también se merecía una reaparición más honrosa después haber sacrificado su cuerpo por la victoria contra este mismo equipo en la primera vuelta. A este try le seguirían otros dos insustanciales ensayos más (19 ‘Parra, sin conversión y 25’ Pira, conversión de Pira), porque la verdadera proeza iba a llegar a continuación. 

Paradójicamente Alcobendas era local pero había ido a Hortaleza a jugar con lo que tuviera y agradecidos por el respeto de los ‘¿visitantes?’, estaba dispuesto a vender cara su derrota. En Rocroi los españoles recuperaron su artillería robándosela a las tropas de Enghien y finaron a lo que quedaba de caballería francesa. Alcobendas, emulando al ejercito de Felipe IV, también robó un balón de los confiados jugadores del XV. Con 10 personas, encerraron a los dragones en su 22 y consiguieron el ensayo más celebrado de toda la temporada (69’ Álvaro González, conversión de Leo Simone). Tanto la grada, como los banquillos y los jugadores supieron reconocer esa proeza, que es la verdadera gesta de este partido. Para cerrar el encuentro y la batalla llegarían los dos últimos ensayos (75’ Plumas, sin conversión y 80’ Bode, conversión de Pira).

El propio bando francés describiría tiempo después a los tercios que allí se dejaron la vida como “murallas humanas”. Ninguna batalla o ninguna guerra es tan épica como para que merezca la pena morir en ella. Pero, como se puede ver en ‘Rocroi, el último tercio’, es una alegoría muy sensible de lo que significa una bella derrota. Como sucedió entonces, el ejército de Luis II de Borbón-Condé reconoció la valentía de los Tercios de Francisco Melo y permitió a los supervivientes capitular con todos los honores, en los términos que se concedían a las guarniciones de plazas fuertes. Hortaleza, en este caso, respetó a su rival dándole buena guerra y ofreciendo un tercer tiempo conjunto en el que siguieron contándose sus batallas en la primera regional madrileña.


RESULTADO FINAL: Alcobendas 7-55 XV Hortaleza (b)


 ALINEACIÓN ALCOBENDAS: Nico Orozco, Jaume Pera, Manu Sánchez, Alfonso “Reinosa”, Berto Suárez, Álvaro González, Leo Simone, Guillermo Barth, Pablo Maside, Marcos “Belloto”, y Luke Pearce.

ALINEACIÓN XV: 1. Yankee (17. Patxi), 2. Soto, 3. Kiko (16. Alex), 4. Borja (18. Parra), 5. Marcos, 6. Ewok, 7. Villa, 8. Gonzo, 9. Bode, 10. Raúl (21. Pira), 11. Magia (20. Plumas), 12. Potter, 13. Leo, 14. Hobbit, 24. Paste
SUPLENTES: 16. Alex, 17. Patxi, 18. Parra, 20. Plumas, 21. Pira, 22. Sansón
 

3 comentarios:

  1. No puedo por menos que alabar el artículo, pero no sin recordar a los 11 valientes de Alcobendas:

    Nico Orozco, Jaume Pera, Manu Sánchez, Alfonso “Reinosa”, Berto Suárez, Álvaro González, Leo Simone, Guillermo Barth, Pablo Maside, Marcos “Belloto”, y Luke Pearce.

    Sin ellos, este artículo quedaba incompleto....

    Firmado: Heavy, Capitán del Alcobendas C (que ese domingo jugaba con solo 15 contra Industriales)

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    1. Gracias Luís.
      Los jugadores que fueron se lo merecen.
      Ya si sabes quién hizo el ensayo y el nombre del que lo transforomó (el 9) sería genial...
      Un saludo y a ver si os cuidan un poco más desde el club.

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  2. El ensayo fue de Alvaro Gonzalez y la transformación de Leo Simone.


    Firmado: Uno de los 11.

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