Simplemente, se trata de otro deporte
No es solo en el juego, es en la gente, en el público, en el socio, en los jugadores, en su actitud, en el respeto y el buen comportamiento que se tienen entre sí y ante el rival. En un campo de Rugby no hay 30 deportistas, hay 31 y depende de todos que disfruten del único partido que tienen durante la semana, que disfruten de nuestro deporte que cada vez es menos nuestro.
Esta es la carta del presidente del Newbury RFC, un equipo que compite en la liga territorial sudoeste y de Londres
Bienvenidos al festival del aburrimiento del TMO
Fuente: NorthamptonSaints.co.uk |
Que la tecnología está cada vez más vinculada al deporte es una verdad que no escapa a nuestra percepción. Lo que también es realidad es a veces, especialmente en los últimos meses, este avance no está siendo más que una enorme y voluptuosa molestia para los aficionados del Rugby.
Pero... ¿Este deporte no era diferente?
“Lo único que nos diferencia del fútbol, es que hay menos espectadores en los campos”.
¿Alguien recordará esos valores que hacían este deporte diferente? Respeto al rival, al árbitro, disciplina, compañerismo, el espíritu deportivo, y todo eso se va yendo por la borda. No solo en los adultos, sino cada vez más en los jóvenes, algunos clubes tratan de mantenerlo, pero otros por las meras ganas de ganar, de aplastar y humillar al rival, no les importa matar unos valores tan apreciados por los allegados y los extraños de este deporte, salvo por la mera circunstancia que los que formamos parte de el, vemos como mueren y se van convirtiendo en leyendas urbanas que recordaremos con añoranza.
“Lo único que nos diferencia del fútbol, es que hay menos espectadores en los campos”.
El marrón de la melé
“La anarquía es simplemente orden”, Pierre Joseph Proudhon.
No es carente de cierta ironía que una de las normas más modificadas en los últimos años sea la más problemática de todo el Rugby, antiguamente no era así. Su único sentido era ordenar a los jugadores para reanudar el juego de forma lo más parcial posible. Sin embargo, ¿quiénes son los culpables de este continuo quebradero de cabeza que tenemos hoy día? ¿Jugadores, entrenadores, árbitros…?
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